A las 23 del lunes, un grupo de hinchas de Quilmes quiso entrar sin pagar entrada y ante la negativa de los organizadores se pusieron furiosos y rompieron varios vehículos estacionados cerca del estadio.
Los hinchas fueron reprimidos por efectivos de la policía bonarense que realizaban el operativo de seguridad y se inició una gresca en donde abundaron balas de goma, golpes, piedras, botellas, entre los hinchas de Quilmes y la policía. (Télam)