Es altamente improbable que una mujer denuncie a la cúspide del poder sobre un tema tan tremendo como el de intento de violación.
La denuncia ya ha sido presentada, nada entonces hace pensar en un intento de exotorsión al respecto. Aún si la denunciante fuera una perversa extorsionadora, lo habría amenazado con la denuncia, nunca hubiera llegado a la denuncia misma, pues ya con ésta realizada nada puede volverse atrás.
Y será difícil que "cobre" ecopnómicamente algo, y probable en cambio que "cobre" en agresiones y amenazas.
En cambio es perfectamente posible el comportamiento denunciado. Entra dentro de las características de un perverso dotado de poder e impunidad.
Entrar a analizar y dudar de si alguien puede ir a las 9 de la noche, dejando una amiga abajo... etc., etc., se desdibuja totalmente ante los datos concretos de la denuncia, el haber sido amenazado el esposo, cambiada de trabajo la empleada, etc., etc.
A menos que el periodista esté pretendiendo insinuar que la víctima "sabía" que la iban a tratar de agredir y accedió para después amenazarlo.
En realidad todo esto revela para mí el enorme prejuicio que existe contra la mujer acosada. "Ella se la buscó". "Se hacen desear y después se quejan..." parece ser el argumento detrás de tantas dudas respecto a quien se atreve a denunciar.
Las alusiones a la presunta orientación sexual del presunto violento abusador, dada como elemento de duda sobre la verosimilitud de la denuncia, olvida que en un perverso sexual lo fundamental es el goce por la agresión, por la transgresión, por el considerar al otro como un objeto, la sorpresa.
Y esto se obtiene tanto homo como heterosexualmente. La sastisfacción está en la agresión, en la sujección, en el dolor, en el dominio. Por lo general, tienen éxito.
La víctima se somete, o si no se somete, se calla luego evitando la confrontación. Por culpa o por temor. Cuentan con el ascendiente sobre la víctima, sea un ascendiente primario (es padre o tío o primo mayor o...) o un ascendiente secundario: es el "jefe", tiene poder, lo admiran, maneja hilos enormemente poderosos que la víctima conoce o intuye... etc.
Hubo una denuncia contra las dos personas centrales del poder en Salta, presentada ante un Juzgado en octubre del 2000. La denuncia no era de este tipo, pero sí relacionada.
Es cierto que la denuncia tenía elementos que planteaban una dificultad en la tipificación del delito denunciado, y podía dudarse (mucho más que en este caso) en cuanto a la real intencionalidad y comportamiento de la denunciante, pero el juez, llamativamente, nunca pidió ni aceptó la ampliación de la misma, a pesar de que la Fiscal había aceptado (no sé el término jurídico) la denuncia para que se la investigue.
Miguel Brizuela dice "Dar, con los elementos que hay, por culpable a Torres, y peor aún, a su presunta víctima sería erróneo, ilegal e inmoral".
De acuerdo, pero a mí no me cabe ninguna duda acerca de que los que detentan el poder suelen ser muy prolíficos en actitudes como la denunciada, y por lo tanto, si alguna duda debía ser planteada por escrito, me parece que Miguel erró al elegir a la muy probable víctima como destinataria fundamental de sus legítimas dudas.
Es a lo que me refería con "cuidado con culpabilizar a la víctima".
Lic. David Slodky
p/ AGENSALTA
